Dos mil novecientas doce horas. Ciento veintiún días y medio que el cuerpo pasa inmóvil. Completamente independiente, pero estúpidamente inmóvil. La mente se convierte en un océano en la peor de sus mareas. Autónoma y libre se abre paso por la pantalla gigante de la imaginación. Y como un pájaro arma un nido, ramita por ramita, la mente arma sueños y pesadillas, con memorias y fantasías, deseos o pensamientos y un poco de recuerdos que pensábamos se habían borrado. Impredecible y fantástica, la mente nunca deja de trabajar. Almacena en el día real y en el día inentendible del subconsciente . Cada letra, cada respiro, cada movimiento, cada gesto, cada intención, cada pensamiento. Hasta el más mínimo, todo se junta y se mezcla como el cielo y las nubes si se las batiera en algún recipiente, que esperemos no sea la tierra. Y el resultado: una película completamente olvidable, casi siempre incoherente pero real para cada uno. Obsoleta como cualquier sueño, pero impactante y sorprendente.
Sunday, May 18, 2008
Soñemos...
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3 comments:
DISCULTIBLE DISTINCIÓN LA QUE ESTABLECÉS ENTRE LO CONCIENTE ENTENDIDO COMO LO REAL Y LO INCONCIENTE COMO LO NO-REAL. IGUAL ME GUSTÓ. SALUDOS.
Hola Sofi como estas? tus temas son muy rebuscados para mi cerebrito.
solo te dejo mi firma aca!
LEito
Te creo... cuantos eran en la ronda???
jajajaja
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